A. Charlie Wells

Nombre Completo: Alexander Charlie Wells
Edad: Ocho escasos años.
Orientación Sexual: Heterosexual
Raza: Humano

Bajo para su edad. De cuerpo pequeño y delgaducho, al criarse en un orfanato nunca comido demasiado. Su pelo es corto y negro, como las alas de los cuervos, es común verlo revolviendoselo, ya que le contaron que su padre siempre lo llevaba así, algo que no se sabía si era verdad o no, pero el chico se empeñó tanto en saber algo sobre su padre que las encargadas del orfanato tuvieron que inventárselo. Sus ojos son de color marrón oscuro, ocultos tras unas gafas, y siempre lo dicen todo por él. Viste con ropas de segunda mano, tiene pocas prendas: Un par de pantalones y otro par de camisetas, junto con un par de zapatos, unas deportivas, también de segunda mano. Pero eso a él no le importa, sabe que no puede aspirar a algo mejor.

Mi nombre es Charlie.

No hay forma posible de describir a este niño, aunque intentaré darte una idea de como es. Charlie es Charlie. Así de simple. Puede sorprenderte en cualquier ocasión, así como puede cambiar en cualquier ocasión o cambiar lentamente. Es un niño pequeño y según las influencias que le afecten puede convertirse en alguien totalmente diferente.

Yo no soy tan pequeño

Siempre intenta parecer más mayor de lo que es, aunque su dulzura infantil no ayuda nada. Es un niño, que él quiera que lo vean como adulto no significa que sea lo bueno para él. Como ya he dicho es una persona dulce e infantil. A la que le encanta sentirse mayor teniendo responsabilidades propias de las personas adultas, aunque luego no pueda cumplirlas. Amigable, sociable, le gusta estar rodeado de gente que le aprecia, ya que nunca a tenido personas que le apreciaran realmente. Por eso cuando hace un amigo es para siempre, se vuelve más amable y tierno con esa persona. Se abre más y es más Charlie. Es hiperactivo, no tiene que tomar ningún medicamento pero no puede estar quieto. Nunca.

Yo no te puse el caracol en la almohada. ¡Yo no le puse el caracol en la almohada!

Sincero la mayor parte del tiempo excepto cuando se va a meter en problemas, miente realmente bien, no le tiembla ni el cuerpo ni la voz al hacerlo, es natural para él. No le gusta que se enfaden con él y menos que le riñan o castiguen. Es de lágrima fácil y cuando eso pasa es normal que le caigan algunas lágrimas. Le encantan las bromas, le encanta divertirse con todo el mundo, sea mayor o menor que él. Siempre se mete en problemas por ello, pero nunca aprender la lección, cosa que puede irritar a las personas de su alrededor.

Si hay que ser serio puedo ser serio.

Es un niño, sí. Es infantil, sí. Es un amante de las bromas, sí. Pero eso no significa que no pueda ponerse serio. Ni que no sea inteligente. Al contrario. Cuando hace falta se vuelve todo lo serio que sea necesario. Tiene una mente ágil, astuta y siempre en funcionamiento. Es curioso por naturaleza, tiene que saberlo siempre todo.

¡No hagas eso!

Cuando se enfada lo hace de verdad, aunque no lo confundáis con estar enfurruñado. Puede pasar días sin hablar con la persona con la que está enfadado. Cuando odia a una persona, cosa que no a pasado nunca por el momento, se vuelve todo lo cruel que puede ser con esa persona. Usa el sarcasmo que ve en los mayores y no duda en pegarle una patada en la espinilla si es necesario.

Cinco de septiembre de 2005, en un pequeño hospital al oeste de Londres nació el pequeño Alexander Charlie Wells, hijo de Melissa y Charlie Wells. Todo parecía felicidad para esta pequeña familia, el niño había nacido bien: fuerte y sano. Pero esa felicidad duró muy poco, tan solo el tiempo que estuvieron en el hospital.

La familia se dirigía a su casa, cuando un coche frenó en frente de ellos y los que iban en él hicieron que los padres de Charlie bajaran del coche. Ellos se resistieron, pero ante las amenazas de herir a su bebé acabaron cediendo. Los padres de Charlie trabajaban para el gobierno de Inglaterra en una investigación secreta. Pero muchas personas con gran influencia no querían que continuaran con su trabajo, por eso se los llevaron.

A Charlie lo llevaron a un orfanato las mismas personas que se llevaron a sus padres. Allí dijeron que los padres del niño habían muerto en un accidente (que ya se habían encargado de provocar) y que no tenía parientes cercanos que se encargaran de él. Por eso Charlie creció en un orfanato. Pero, como solo tenía pocas horas de vida no siente mucha nostalgia de calor paternal, aunque sí una gran curiosidad sobre como eran sus padres.

Charlie no solo tiene curiosidad acerca de sus padres, tiene curiosidad acerca de todo. Por eso, mientras investigaba un pequeño lago que se había encontrado en una de sus excursiones, cayó a él y antes de que pudiera morir fue llevado a Narnia.